jueves, 26 de mayo de 2011

Coleccionista de rosas

Pides que venga un ángel, constantemente, porque dicen que todos tenemos uno.
Y viene, eso es cierto.

Y se materializa en rosas. Rosas de trece años de Diadas; una coincidencia numérica nada revolucionaria. Trece rosas libertarias bajo amor condicionado. Y después, un piso con rosas por todos los rincones. Rosas de amor. Rosas rojas.
Más tarde la decadencia del amor pasión, ese que mata, se transmutó en rosas azules, amarillas, blancas, de amistad, de fraternidad. No al modo pacifista, sino paternalista, de consuelo de la hija única que se quedó sin amor.

Otras más vinieron después. Y en ocasiones no las vi.

La última que se ha unido a mi tétrica colección es una rosa blanca, de la última partida revolucionaria. Aún fresca, pero blanda.
La acabo de cortar y he sangrado.

Rosas secas, decorativas, conmemorativas.

Son solo rosas marchitas, y esa es la verdad.

¿Y el ángel? Creo que se ha marchado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario