miércoles, 6 de julio de 2011

Grito

No justifico ni el abandono ni el regreso. Me encontraba adulterando el orden, en encuentros fugaces con espacios en blanco, que serán nido de ácaros.
En hipervínculos confusos y en soportes de papel que no agotan tanto la vista.
En el otro lado, donde es más difícil gritar, los insectos no ponen sus huevos, pero el grito pierde contundencia.
Soledad. Manida palabra de poetas y de viejos. No expresa ni por asomo el alcance de su mano, en el tiempo, el espacio, y en una cama de dimensiones cada vez más pequeñas.